Comienza por ponerte manos a la obra con los dientes de ajo y la cebolla. Pela y corta en trocitos pequeños los dientes de ajo y haz lo mismo con la cebolla, cortándola en cubos para que pase lo más desapercibida posible.
A continuación limpia bien las pechugas de pollo, lavándolas en agua fría y escurriéndolas después. Añade sal y pimienta al gusto para que estén condimentadas y listas para su preparación.
Ahora en una sartén echa un chorrito de aceite y llévala a calentar a potencia media alta. Agrega las pechugas de pollo y deja cocinar hasta que estén doradas por ambos lados, en este momento solo nos interesa darle color al pollo, que deberemos cocinar mejor más adelante. Una vez listo retira y reserva.
Retira la sartén del fuego, baja la potencia y espera unos segundos a que el aceite se enfríe ligeramente. Luego añade cuidadosamente la cebolla y el ajo, coloca nuevamente en el fuego y deja que se sofrían a fuego bajo durante 10 minutos, cuidando de que no se quemen.
Espera hasta que la cebolla empiece a transparentarse. Esa es la señal para echar las espinacas y la harina previamente tamizada mientras lo removemos todo. Deja cocinar un par de minutos, la mezcla de harina, aceite y las verduras hará que se vaya formando la salsa de nuestra preparación, que se irá dorando lentamente.
Luego vierte la copa de vino, remueve y deja cocinar 5 minutos hasta que el alcohol se haya evaporado. Mientras calienta el caldo de pollo en una olla aparte, cuando empiece a hervir, vierte en la sartén donde tienes toda la preparación removiendo para integrar los ingredientes.
Enseguida añade la nata y salpimienta al gusto. Notarás como tu salsa con espinacas tiene ya bastante cuerpo gracias a la nata y la harina.
Ahora agrega las pechugas de pollo que has reservado, baja la potencia del fuego a media-baja y deja cocinar todo durante 20 minutos para conseguir un pollo tierno y delicioso.
Una vez que el pollo esté listo, apaga el fuego, retíralo de la sartén y vierte toda la salsa en el vaso de la batidora para triturar los ingredientes y obtener tu salsa verde. Si quieres un resultado más cremoso y suave, cuela esta salsa para eliminar cualquier residuo sólido.
¡Tu pollo con salsa verde está listo! Sirve dos pechugas por persona con una buena cucharada de salsa y disfruta de este plato simple pero muy sabroso.
