Antes que nada pon a calentar el horno a 180ºC. Para preparar este suculento pollo al horno con almendras recuerda que el pollo tiene que estar troceado y limpio. Si no sabes limpiarlo, pide en la carnicería que te lo preparen. Reserva los trozos en un recipiente grande.
Lava las patatas bajo el agua del grifo, con el fin de retirar cualquier rastro de tierra, y córtalas en rodajas finas. En el caso de las cebollas, tras pelarlas, lávalas un poco bajo el agua del grifo y córtalas en cuartos. En el caso de los tomates corta en trocitos, pero sin retirarle la piel. Los dientes de ajo, tras pelarlos, también córtalos en láminas.
En una bandeja de horno coloca las patatas bien repartidas como base, a continuación coloca encima los trozos de pollo y reparte la cebolla por la bandeja, dejando para el final los trozos de tomate y los ajos laminados. Asegúrate que cada espacio de la bandeja cuente con la suficiente cantidad de cada verdura.
Ahora exprime el jugo de 1 limón y baña generosamente el pollo. Después esparce las almendras y las especias por encima: el tomillo, el perejil, la pimienta y la sal.
Calienta un poco de agua en una olla pequeña, más o menos dos vasos de agua, hasta que esta hierva. Baja la temperatura del fuego y disuelve la pastilla de caldo de pollo durante un par de minutos. Vierte en la bandeja del pollo junto con la copa de vino y un chorro de aceite de oliva.
Mete el pollo en el horno, con programa de calor arriba y abajo sin función ventilador, durante 60 minutos, para que todo quede bien dorado. Para que el pollo quede extra jugoso cada veinte minutos con una cuchara tienes que bañarlo con el juego que habrá en la bandeja.
Una vez que tu pollo al horno con almendras esté listo, déjalo reposar un poco antes de servirlo en la mesa. En el caso de que falte mucho para que lo saques, apaga el horno antes de que se complete la hora y que se termine de hacer con el calor del mismo, para que no se queme.