Lo primero será tener listos los garbanzos. Lo mejor que puedes hacer es comprarlos de bote, asà solo tendrás que abrirlos, reservar su caldo y ponerlos en el vaso de la batidora.
Machaca hasta que no queden grumos y añade el resto de ingredientes. Mezcla para que se integren todos los sabores.
Si te ha quedado muy sólida puedes añadirle un poco del caldo de garbanzos que reservaste y, aunque te hemos sugerido una cantidad de limón y pimentón determinada, esto va a gustos asà que puedes añadir más o menos según te convenga. Vamos a por el pan.