Lo primero será lavar bien los tomates y cortarlos en trozos para que sea más fácil batirlos.
Después troceamos la remolacha en trozos de la misma medida que el tomate. Si la hemos comprado fresca, tenemos que pelarla y hervirla primero hasta que estén blanda.
Lavamos y cortamos el pimiento y por otro lado pelamos y cortamos la cebolla, el pepino y el ajo también.
Ahora añadimos en el vaso de la batidora todos los ingredientes que hemos preparado.
Le añadimos un poco de sal, un chorrito de vinagre, un buen chorro de aceite de oliva y empezamos a batir bien hasta conseguir una mezcla homogénea.
Si cuesta mucho batir la mezcla, le añadimos un poquito de agua para que quede más líquido. Probamos y rectificamos de sal o vinagre.
Una vez tengamos el gazpacho con la textura deseada, lo colamos por un colador de malla para que quede más fino y sin grumos.
Antes de servir lo metemos en la nevera para refrescarlo. Una vez listo puedes servirlo con unos daditos de queso o de pepino ¡Qué aproveche!
Nuestros trucos:
Si no quieres que se repita el pepino, déjale un poco de piel al pelarlo.
Para que el gazpacho esté lo más sabroso posible, es importante que los tomates estén rojo y bien maduros.