En primer lugar deberás asegurarte de que el pollo esté perfectamente limpio, un trabajo que te harán en la carnicería sin problema. Lava el pollo y sécalo antes de comenzar a condimentarlo.
El tiempo de preparación es breve, por eso enciende el horno a 220ºC para que vaya tomando temperatura. Mientras, exprime el zumo de medio limón en un recipiente y añádele media taza de aceite, remueve bien y barniza el pollo con esta mezcla por dentro y por fuera ayudándote con un pincel de cocina. Hazlo con generosidad.
Luego deberás frotar el pollo con una mezcla de sal, pimienta y tomillo seco al gusto, asegurándote de que quede bien impregnado del aliño en ambos lados. Reserva mientras preparas las patatas.
Lava y pela las patatas, luego córtalas en rodajas de un centímetro aproximadamente. Salpimiéntalas al gusto y colócalas en una bandeja apta para el horno previamente untada con aceite de oliva en la base. Pela y corta los 4 dientes de ajo y reserva.
Agrega aceite por encima para garantizar que las patatas queden deliciosas. Después coloca el pollo por encima e introdúcele los 4 dientes de ajo y un poco de romero fresco. El resto espárcelo por la bandeja.
Mete al horno durante aproximadamente 75 minutos, pero recuerda que el tiempo puede variar según la potencia de tu horno, por lo que transcurrida la hora deberás vigilarlo.
Cuando hayan pasado los primeros 30 minutos voltea el pollo, aprovecha para verter un poco del líquido que ha soltado encima de la carne para que quede jugosa. El pollo al horno con patatas estará al punto cuando esté perfectamente dorado y, al pincharlo, el líquido que suelte sea claro.
Una vez dorado, sácalo y deja reposar 5 minutos antes de servirlo. ¡Verás que sabroso queda tu pollo al horno con patatas!, un plato clásico y muy casero que nunca pasa de moda.
