Primero de todo encender el horno a 200º C para tenerlo listo.
Ponemos una olla a calentar con el litro de agua. Cuando empiece a burbujear añade la sal y remueve. Lleva el agua a ebullición y después vierte la harina de maíz en forma de lluvia. Mezcla lenta y constantemente hasta que se forme una masa que se despegue de la olla con facilidad.
Cuando la polenta ya tenga consistencia añade la mantequilla y remueve hasta que se integre completamente.
En una fuente apta para hornos vierte la mitad de la polenta y aplana con una pala para que quede a modo de base.
Ahora prepararás la siguiente capa: Esparce la lonchas de jamón cubriendo la polenta justo encima las lonchas de queso. Cubre con el resto de la polenta y aplana con la pala para que quede liso.
Pinta la superficie con el tomate frito y esparce encima el queso rallado, orégano y las especias que más te gusten.
Introduce la fuente en el horno a 200º durante 5 minutos con la opción de gratinado.
Con la polenta ya lista, la sacamos del horno y dejamos reposar unos minutos. La cortamos en porciones y servimos ¡Ya verás qué delicia!