En una sartén ponemos aceite a calentar. En lo que tarda iremos pelando, limpiando y cortando en trozos pequeños el puerro y haremos lo mismo con la cebolla. Con el aceite ya caliente lo echamos todo para rehogarlo bien.
Aprovecharemos para ocuparnos de las otras verduras. La calabaza la cortaremos por la mitad, le quitaremos la piel, la lavaremos y cortaremos en cachitos muy pequeños que parezcan cuadraditos. Realizaremos el mismo proceso con el calabacín, pero en el caso de las zanahorias lo que haremos será córtalo en rodajas.
Echamos todas las verduras troceadas a la sartén y lo mezclamos todo para que se vaya sofriendo todo muy bien, echándole un poquito de sal. Lo freiremos todo por unos 7 – 8 minutos más o menos, removiéndolo de vez en cuando para que no se pegue.
Ahora en una cacerola aparte echaremos ½ litro de agua y la ponemos a hervir. Entonces echamos toda la verdura ahí dentro y lo dejamos cocer por 20 – 25 minutos con la tapa puesta para que no se escape todo el vapor y no se salga el agua. Para comprobar si está todo hecho, pinchar las zanahorias o la calabaza. Si están tiernos, es que ya se puede apagar el fuego.
Lo echamos todo al vaso de la batidora y lo batimos todo bien para lograr una cremosa mezcla. Lo repartimos en los cuencos que vayamos a tomar y echamos un poquito de pimienta. Si veis que le falta sal le podéis añadir un poco.
