Empieza poniendo el agua al fuego y, cuando empiece a hervir, añade la sal. Remueve.
Con ayuda de una cuchara sopera, ve echando la sémola de maíz y, en cuanto la hayas puesto toda, remueve durante 40 minutos. Lo mejor es que lo hagas con ayuda de una cuchara de madera. Poco a poco verás como la polenta va cogiendo consistencia.
Transcurrido este tiempo, integra la mantequilla y sigue removiendo. Tienes que hacerlo de fuera hacia dentro.
Después de cinco minutos, tu polenta de maíz estará lista. ¡Acompáñala con lo que más te apetezca!