Lo primero es que en una cacerola tienes que poner la leche hasta que hierva, entonces le echas la nata y las pieles de naranja o limón. Si no se te da bien cortarla, en ese caso puedes rallarla y así se disolverá en el plato. Calienta todo bien por varios minutos, para luego quitarle ambas pieles si las has puesto enteras.
Pon ya el horno en marcha a 180º C para que vaya cogiendo temperatura, programado para calentar arriba y abajo.
Echa el arroz y remeuve un poco, poniendo en una fuente que sea apta para hornos. La cubres con papel para hornear y lo metes dentro por una hora.
Sácalo pasado ese tiempo, remueves un poco y agrega la leche condensada y la mantequilla, removiendo de nuevo.
Reparte los diferentes cuencos en los que lo vayas a servir, junto con unas ramitas de canela y listo.