Para elaborar este excelente plato de risotto parmesano te recomendamos que el queso sea de cuña, no rallado, ya que tiene un sabor mucho más intenso y hace que el plato quede mucho más sabroso. Lo único que tenemos que hacer es cortarlo en láminas finas o daditos pequeños.
Empezamos la receta picando la cebolla en dados pequeños. A continuación ponemos una cazuela en el fuego con un chorro de aceite de oliva y añadimos la cebolla.
Añadimos la mitad de la mantequilla a la sartén y la dejamos pochar unos 5 minutos a fuego medio/bajo hasta que se quede transparente.
Cuando la cebolla esté pochada le añadimos el vaso de vino blanco, subimos el fuego un poco y dejamos que se evapore por completo (unos 3-4 minutos). Vamos removiendo repetidamente.
Lo siguiente será añadir el arroz y remover bien para que no se pegue. Lo dejamos un par de minutos y a continuación le añadimos un poco (como un cucharón) del caldo de verduras mientras removemos constantemente.
El risotto es un plato al que debemos estar atento en todo momento y no dejar nunca de remover para que no quede hecho una pasta. No hay que echar el siguiente cucharón de caldo hasta que se haya absorbido el primero.
Dependiendo del tipo de arroz tardará más o menos en cocerse. Calcula más o menos entre 25 y 30 minutos.
Cuando el arroz esté casi en su punto es el momento de añadir el resto de la mantequilla y el queso parmesano. Seguimos removiendo constantemente hasta que se hayan integrado ambos ingredientes.
En este momento, rectificamos de sal si fuera necesario (el parmesano es muy salado y por eso no es recomendable hacerlo antes) y ya podemos servir en los platos.
Si has seguido bien los pasos, seguro que este risotto parmesano te ha quedado exquisito!