Lo ideal es que, al momento de comprar el pollo en la carnicería, lo pidas troceado. De este modo la cocción será más rápida y podrás ahorrarte en casa el trabajo de cortarlo tú mismo.
Comienza por poner el horno a calentar a 200º C, debido a que la preparación es tan simple, lo ideal es que el horno vaya tomando temperatura para que esté al punto cuando llegue el momento de la cocción.
Luego, en el vaso de la batidora, echamos todo el zumo de piña, un poquito de aceite, perejil y tomillo, lo batimos para que se forme una especie de salsa. Colocamos el pollo en una bandeja para el horno y lo untamos con la salsa, luego salpimentamos la carne al gusto.
Preparamos el acompañante: pelamos la cebolla y la cortamos en rodajas finas, mientras que el pimiento y la piña vamos a cortarla en cubos pequeños. Salpimienta la cebolla y la piña y coloca todo por encima del pollo y alrededor por la bandeja.
Con el horno ya caliente, lo metemos dentro y dejamos asar entre 60 y 70 minutos aproximadamente, volteándolo al cabo de 30 minutos de cocción para garantizar que quede perfectamente dorado por ambos lados. Cuando voltees el pollo, mójalo con el zumo que ha ido soltando de la cocción.
Antes de retirarlo del horno asegúrate que aquellas zonas con hueso estén perfectamente cocinadas. Una vez listo deja reposar 5 minutos y sirve tu pollo al horno con piña acompañado de tu guarnición favorita. ¡Todos en casa quedarán encantados con este plato!
