Llenamos una olla grande con agua fría y ponemos todos los huesos de la lista de ingredientes a cocer, junto con el ½ pie y el morcillo de ternera, además de la rama de apio (o solo las hojas)
Pelamos, lavamos y troceamos en trozos la zanahoria, una patata, un nabo y medio puerro. Cuando el agua empiece a hervir agregamos todo a la olla.
Colocamos en un cuenco 50 gr. de judías blancas cocidas y las chafamos con un tenedor, agregándolo a la olla. Gracias a las judías blancas, el caldo será más espeso. Dejamos hacer por 2 horas a media potencia.
Los huesos irán generando espuma y el agua se irá evaporando, así que de vez en cuando echad un vistazo para retirar la espuma y agregar agua cuando sea necesario.
Mientras todo se cuece a lo largo de las dos horas, no solo hay que ocuparse del caldo, sino del resto de ingredientes (apio, zanahorias, puerro, boniato, las patatas y la col) que iremos agregando poco a poco, por supuesto, todo cortado. También troceamos la papada de cerdo y el jamón.
Sin embargo, antes de echarlas las coceremos un poco en otra cacerola aparte, para que cojan un poco de sabor rehogados en aceite.
Colamos el caldo que hemos preparado con los huesos y lo echamos en otra olla (o retiramos todos los huesos de esa y la reutilizamos) junto con toda la verdura y carne que hemos rehogado en otra olla. Dejamos cocer por unos 10 minutos y agregamos las patatas cortaditas, la col en trozos pequeños y el morcillo de ternera.
Transcurrido el tiempo, echamos los fideos junto con las judías blancas y los garbanzos, además de un poco más de sal.
En el momento que veamos que los fideos están casi hechos, añadiremos la butifarra negra (si la agregamos antes se deshará muy rápido), de este modo se mezclará un poco con el caldo.