Para hacer estas sabrosas brochetas de pollo y piña, en primer lugar hay que preparar la carne. Comprueba si las pechugas de pollo tienen algún resto de grasa y, en ese caso, retíraselo. A continuación, dispón las pechugas sobre una tabla de cocina y córtalas en forma de dados, no muy pequeños, con ayuda de un cuchillo que esté bien afilado.
Pon los trozos de pollo en un bol y añádeles sal y pimienta negra molida a tu gusto. Vierte un chorrito de aceite de oliva virgen extra sobre la carne y remuévelo bien todo para que la carne tome el gusto de los demás ingredientes.
Ahora añade también el orégano y vuelve a remover el contenido del bol. Cuando estén bien repartidos todos los ingredientes, tapa el recipiente con papel film transparente y pásalo a la nevera. Deja que macere durante unos 30 minutos aproximadamente.
Un poco antes de que pase este tiempo, trocea la piña, eliminando la parte central de la misma, y córtala a taquitos. Haz lo mismo con el pimiento rojo.
Una vez que tengas el pimiento y la piña listos, saca el bol de carne del frigorífico y arma las brochetas, alternando trozos de carne con otros de piña y pimiento.
Vierte un chorrito de aceite de oliva virgen extra sobre una plancha o sartén y, cuando alcance la temperatura deseada, comienza a colocar las brochetas sobre la misma y deja que se hagan hasta que estén bien doraditas por todos lados. No pongas el fuego muy fuerte, ya que podrían quedar muy tostadas por fuera y crudas por dentro.
¡Y esto es todo! Así de sencillo es preparar unas riquísimas brochetas de pollo y piña. Una vez que las pruebes, te van a saber tan ricas que muy pronto querrás repetir. ¿A qué esperas para comprobarlo? ¡Corre a disfrutar de tus exquisitas brochetas!