Pon a remojar las migas de la media barra de pan en la leche. Por otro lado, pon los guisantes a cocer en un perol con agua, a no ser que los hayas comprado ya cocido.
Escúrrelos tras haberlos cocido unos 10 minutos.
Pela el diente de ajo y pícalo en trozos tan pequeños como puedas. Mézclalos con el perejil picados y esta mezcla viértela sobre la carne picada. Utiliza tus manos para que la mezcla quede lo más homogénea posible. También agrega el huevo batido y las migas de pan remojadas en leche. Salpimienta a tu gusto y comienza a amasar utilizando ambas manos, para que todos los ingredientes queden bien integrados.
Ve cogiendo pequeñas porciones de carne y convirtiéndolas en bolas, lo mejor es bañarlas un poco en harina para que mantengan su forma. Luego déjalas reposar en la nevera por unos 20 – 30 minutos para que cojan bastante consistencia y no se rompan con tanta facilidad.
Para ir adelantando en lo que las albóndigas se enfrían, lo mejor es ir preparando la salsa. Los guisantes ya estarán bien hechos, así que mételos en el vaso de la batidora, junto con el tomate frito, una cebolla bien troceadito, una cucharadita de harina y un vaso de agua. Bátelo todo hasta lograr una mezcla que no sea muy espesa. De quedarse espesa, entonces agrega un poco más de agua.
Corta la zanahoria en rodajas y ponla a freír en un perol, agrega las albóndigas y la salsa que acabas de preparar. Ponlo a fuego lento, por unos 20 minutos, y las albóndigas en salsa de guisantes estarán listas.
