Vamos a empezar calentando la mantequilla, a fuego lento, en una cacerola para que se vaya derritiendo.
Al empezar a derretirse la mantequilla, echaremos los trozos de chocolate blanco. Podéis romperlo de una tableta o usar las tabletas que hay especiales para postres. Esperad hasta que el chocolate blanco empiece a ablandarse.
Mientras tanto en una cacerola aparte calentaremos la nata a fuego medio, para que empiece a hervir cuanto antes.
Si el chocolate se ha ablandado, empezamos a removerlo todo bien para que se vaya mezclando con la mantequilla. Y cuando hayamos conseguido una mezcla homogénea, es cuando echaremos la nata hirviendo. De nuevo removerlo todo hasta conseguir una buena crema.
Lo siguiente es echar dos cucharadas de brandy, o el licor que vosotros prefiráis, y de nuevo removerlo todo para que la crema coja el sabor. Una vez realizada bien la mezcla, podemos decidir si dejamos enfriar la crema a temperatura ambiente durante 24 horas o la metemos en la nevera para tan solo esperar 3 o 4 horas.
Con la crema ya habiendo tomado cuerpo, es el momento de hacer las bolas de las trufas con las manos. Ahora solo tenemos que echar el chocolate blanco en polvo y los fideos de chocolate blanco. Dejad en la nevera hasta que se vayan a consumir y será un estupendo plato para vuestros invitados.