Echa agua en una olla, hasta llenarla un poco menos de la mitad, y ponla a hervir. Pon en un bol resistente el azúcar, la miel y la mantequilla. Pon este bol encima de la olla, sin que el agua toque el fondo del mismo.
Una vez que se derrita el contenido del bol, integra los huevos ligeramente batidos, con ayuda de la batidora eléctrica o una varilla de mano. Añade la levadura, y bate la mezcla durante 5 minutos.
Retira el bol del fuego, y añádele la harina tamizada. Pon a reposar la masa durante 15 minutos, para que se enfríe un poco, y después pásala a la nevera entre 30 y 60 minutos. Pon a precalentar el horno a 170ºC.
Estira una hoja de papel para hornear, y haz un círculo de 20-22 cm. de diámetro en ella. Después estira sobre la encimera una cucharada de masa encima del círculo, no muy llena, y extiéndela.
Repite el proceso hasta formar 6-8 círculos. Con ese círculo de papel de hornear, hornea cada círculo durante 5-10 minutos. Después ponlos a enfriar sobre una rejilla.
Cuando se templen un poco, recorta los bordes de las láminas para que sean todas iguales. Reserva los restos para cubrir la tarta con ellos después.
Ahora tienes que montar la crema: Pon en un bol la crema agria, remueve con unas varillas y cuando estas comiencen a dejar marcas, incorpora el azúcar. Primero debes echar 2 cucharadas, y probar.
Si aún quieres que sepa más dulce, puedes incorporar 1 o 2 cucharadas más de azúcar. Continúa montando la mezcla, hasta derretir el azúcar.
Es hora de montar la tarta. Para ello debes poner más o menos una cucharada de crema en cada lámina. El resto de la crema debes untarla por encima de la tarta y por los lados. Pásala a la nevera y tenla allí al menos 8 horas.
Pasado el tiempo de refrigeración, tritura las nueces en un mortero. Cubre la tarta por los lados y por arriba, con las migas que habías reservado y con estas nueces. ¡Y al fin hemos terminado! Ya está lista para saborear tu riquísima tarta de nueces y miel, ¡que la disfrutes!