La clave para hacer una salsa curry sin nata deliciosa y con esa consistencia cremosa que buscamos, es sustituir la nata por otra alternativa. En esta receta te proponemos dos opciones: el yogur griego o la leche de coco. Ambos aportarán a tu preparación el toque que necesita ¡elige tu favorito!
Comienza pelando la cebolla y los dientes de ajo, luego córtalos en trozos muy pequeños o, si lo prefieres, tritúralos para una salsa más cremosa.
Añade un chorro de aceite de oliva a una sartén y coloca a fuego medio bajo, cuando esté caliente incorpora la cebolla, el ajo y una pizca de sal, deja sofreír durante 5 minutos vigilando que no se queme.
Pasados los 5 minutos incorpora al sofrito un poco de agua o caldo de verduras y deja que se cocine por 2 minutos más para que la cebolla esté blandita.
Transcurrido este tiempo deberás añadir las dos cucharadas de curry, removiendo bien para que se mezclen los ingredientes. Luego añade el yogur griego o la leche de coco, la taza de agua o caldo de verduras y la cucharadita de maicena previamente disuelta en un poco de agua fría.
Remueve bien, incorpora una pizca de sal y baja el fuego al mínimo. Deja que tu salsa curry sin nata se cocine durante 20 minutos para que gane cuerpo y se intensifique el sabor. Remueve con frecuencia para evitar que se pegue.
Ve probando la salsa durante la cocción, de este modo podrás añadir un poco más de sal o curry si lo deseas, obteniendo una salsa perfectamente condimentada.
Una vez lista apártala del fuego y sírvela con tus platos favoritos. Esta salsa curry sin nata es genial para acompañar platos de pollo, carnes, legumbres y también woks de verduras o fideos. ¡Está riquísima!