Para que la mantequilla esté más manejable, derrítela un poco en el microondas, un minuto a 750W. Una vez más manejable, la pones en con la harina para mezclarlo todo bien.
Bate el huevo, junto con la cuchara de aceite y vas vertiendo la mezcla mientras bates todo con unas varillas o con la batidora, hasta que se forme una masa uniforme. Agrega un poco de sal, y tras enharinarte las manos, comienza a amasar con tus manos.
Haz una bola y deja reposar por media hora dentro de la nevera, para que la masa repose un poco.
Engrasa con un poco de mantequilla, o aceite de oliva, el molde que vas a utilizar y esparce un poco de pan rallado.
Extiende la masa que has preparado con el rodillo, utilizando un poco de harina para que te sea más fácil, y pon en el molde que has preparado. Mete dentro del molde y reserva en la nevera por un par de horas.
Llega el momento de preparar el relleno, de modo que vas a batir los huevos, con un poco de sal, y los mezclas con la nata y la leche. Deja apartado a un lado para más tarde.
Pela y lava bien todas las verduras, para luego trocearlas en cuadraditos o en la forma que tu prefieras, aunque si tienes trituradora en casa, mucho mejor para cortarlas en trocitos bien pequeños.
Pon todas las verduras en un cuenco, con un buen chorrito de aceite de oliva y cierras el cuenco, para cocerlas durante 4 minutos a máxima potencia. Si ves que no se han terminado de hacer, vuelve a ponerlas otro par de minutos. Cuando estén listas, deja que se enfrie un poco.
Pon la masa quebrada, cubierta con papel para hornos, en el microondas y la programas a 850W durante 3 minutos más o menos.
Quita el papel para hornos y vuelve a pasar por el microondas, de nuevo con la misma potencia por otros 3 minutos.