Mezcla en un cuenco los 340 gr. de queso cremoso, 7 cucharadas de mantequilla, 1 cucharada de vainilla y 3/4 de taza de azúcar glass hasta hacer una salsa única.
Unta con esta salsa la base para pizzas y la metes en el horno por unos 10 minutos a 150º C para que la salsa se adhiera bien a la pizza.
Mientras se hace, trocea las frutas en láminas, salvo las cerezas, tras haberlas lavado previamente.
Cuando la masa esté lista, ponla en una base redonda y empieza a colocar las distintas frutas formando círculos, del orden que tu quieras, hasta terminar con una última fruta, que por ejemplo puede ser una fresa en el centro.