Lo primero de todo es que pongas ya el horno a que se vaya calentando a unos 200º C aproximadamente.
En un bol echa el aceite de oliva. Machaca los dientes de ajo y los mezclas bien con el aceite, si quieres puedes utilizar una batidora para que la mezcla quede mejor.
Esparce dicha mezcla por la base de la pizza y a continuación salpimienta a tu gusto.
Recubre la pizza con queso y métela al horno por unos 10 minutos, hasta que veas que está a tu gusto.
Una vez terminada, esparce el tomillo por encima, aunque también podrías echar orégano si lo prefirieras.