A la hora de preparar unas riquísimas gambas al ajillo con tomate, lo mejor es que compres las gambas frescas. También puedes utilizarlas congeladas, pero las gambas frescas tienen mucho más sabor, y un plato tan exquisito como este realmente lo merece.
Con el tomate frito te recomendamos exactamente lo mismo. Puedes usar tomate de brick, pero si puedes emplear tomate frito hecho en casa mucho mejor. Con un vaso será suficiente para preparar este plato.
Pues bien, dicho esto, lo primero que debes hacer es pelar las gambas, retirándoles también las cabezas. A continuación pela también los ajos, y córtalos láminas.
Si dispones de una cazuela de barro, este es el mejor utensilio para preparar este plato. Vierte sobre su superficie un fondito de aceite de oliva, y caliéntalo a fuego medio.
Cuando esté bien caliente el aceite, añade los ajos laminados a la cazuela, y sofríelos hasta que cojan un tono doradito.
Después pon también las gambas en la cazuela, y saltéalas hasta que cambien un poco de color. Vierte el tomate frito, y remueve todos los ingredientes, para que se mezclen bien.
Aparta un momento la cazuela del fuego, y añade el pimentón. Remueve rápidamente, y vuelve a poner la cazuela en el fuego.
Espera apenas un minuto, para que los demás ingredientes tomen el sabor del pimentón, y ya puedes apagar el fuego, apartar la cazuela y servir estas exquisitas gambas al ajillo, especialmente sabrosas por el toquecito de la salsa de tomate.
Te recomendamos que las tomes bien calentitas, que es como más buenas están. Así que no esperes más, ¡corre a disfrutar de tus jugosas gambas al ajillo con tomate?