Pela la cebolla, lávala bien bajo el agua del grifo para que no te lloren tanto los ojos, y la cortas en cubitos del tamaño que más te guste.
Pon la cebolla a pocharse en una cacerola o en una olla con las dos cucharadas de aceite de oliva por unos 6 minutos más o menos.
Cuando veas que empieza a transparentarse, o que hayan pasado ya los 6 minutos, agrega la cucharada de pimentón y las dos cucharadas de curry. Remueve sin parar durante 30 segundos.
Agrega la salsa de tomate natural, el 1/4 de taza de vinagre y el cuarto de taza de azúcar y remueve para integrar todos los ingredientes.
Ahora, sube la potencia del fuego hasta que empiece a hervir. Conseguido esto, reduce la temperatura y deja que se haga durante unos 20 minutos, removiendo cada tres o cuatro minutos para que no se te quede pegada
Es una salsa que puedes servir fría o caliente, como más te guste tomarla a ti.