Mientras preparamos los ingredientes, precalienta el horno a 200 grados con calor arriba y abajo. Después limpiamos bien las pechugas y les hacemos un pequeño corte para que después la salsa penetre bien en la carne.
Salpimenta las pechugas y ponlas en una fuente para horno con un chorrito de aceite de oliva. Añádeles también una pizca de nuez moscada.
Después espolvoreamos las dos pastillas de caldo de pollo y añadimos el vaso de cerveza. Picamos los dientes de ajo y los ponemos también.
Después añadimos el tomate frito y un brick de nata líquida para cocinar y lo horneamos durante 45 minutos a 200 grados. Si las pechugas no son demasiado grandes, a lo mejor será suficiente con media hora. ¡Listo para comer!