Pelamos las manzanas y las lavamos bien. El tipo puede ser las que más os gusten, da igual si son rojas o verdes. Una vez peladas, las cortamos en rodajas de igual tamaño. Reservamos para después en un cuenco, en el que exprimiréis el jugo del limón. De este modo no se estropearán mientras hacemos el resto de la receta.
Ponemos la lámina de hojaldre en una superficie plana, con un poco de harina, y procedemos a amasarla, hasta que tenga la forma del molde que vayamos a utilizar. Una vez lista, la colocamos en el molde, bien acoplado y metemos al horno a 220º C por unos 10 – 15 minutos, hasta que coja color.
Una vez el molde esté listo, lo rellenamos con la crema pastelera del sabor que más nos guste. Puede ser comprada o hecha por nosotros de forma casera. Luego repartimos las manzanas por la superficie, asegurándonos de que queden bien repartidas.
Si tenéis almíbar en casa, podéis pintar los trozos de manzana. Pero para esta receta no es algo que sea muy necesario.
Como el horno lo tenemos listo de haber tostado la masa, metemos de nuevo la tarta dentro y dejamos un cuarto de hora. Pasado ese tiempo sacamos y espolvoreamos el azúcar por encima. Y de vuelta al horno por otros 20 minutos. Tened en cuenta que el tiempo dependerá del tipo de horno, así que vigilad bien vuestra tarta.
Una vez lista, metemos en la nevera y dejamos enfriar hasta el momento de comer.
Antes de comer echad por encima la gelatina que más os guste, y en la cantidad deseada para disfrutar al máximo de esta tarta.
