Primero corta el solomillo en rodajas de un dedo de grosor aproximadamente y las reservamos. Es importante no salpimentar la carne ahora, ya que si lo hacemos en este momento, es muy probable que no se cocine bien porque soltará mucho líquido.
Tenemos que asegurarnos de que la carne está bien seca y no contiene humedad. Si lo está, pásale papel de cocina.
En una sartén o cazuela añadimos un buen chorro de aceite de oliva y agregamos los dientes de ajo cortados a la mitad.
Cuando empiecen a dorarse añade los solomillos y sofríelos durante un minuto por cada lado. Cuando estén a medio hacer añade salpimenta la carne.
Agrega el vaso de vino y una pizca de perejil. Ponlo a fuego alto y en el momento en que haya evaporado el alcohol ya está listo para servir. ¡Qué aproveche el solomillo al ajillo!