Empieza lavando los rábanos bajo el agua del grifo y después córtalos en dados pequeños.
Ponlos en un bol y llénalo con agua y 2 cucharadas de sal gruesa. Déjalo reposar mínimo 1 hora.
Mientras reposa el rábano puedes preparar la salsa: para ello en otro bol o en recipiente hondo, machaca los tres dientes de ajo junto con el jengibre. Esto irá formando una pasta.
Ahora agrega el resto de ingredientes: las dos cucharadas de salsa de anchoa, la cucharada de camarón salmuerado, cuatro cucharadas de polvo de ajo y la cucharada de maíz concentrado, sin dejar de machacar cada vez que añadas un nuevo ingrediente para que se mezcle todo bien.
Cuele y escurra el rábano y después recúbrelo con la salsa. Cuando esté bien impregnado añade una cucharada de sésamo tostado al bol.
Remueve todo bien para que los ingredientes se mezclen bien.
Ahora mete tu kimchi de rábano en un tarro de cristal con tapa hermética pero que no sea de metal. Mete en la nevera de 2 a 5 días.