Lo primero que debes hacer es preparar las gambas. Para ello, pélalas y déjalas apartadas en un cuenco. Luego mete los ajos en remojo durante quince minutos y así te resultará mucho más fácil pelarlos. Mientras los ajos están en agua, lava el perejil y pícalo muy finito.
Cuando haya pasado el cuarto de hora, escurre los ajos y pélalos. Al haberlos tenido en remojo resulta mucho más sencillo ya que la piel sale sin ningún esfuerzo. Córtalos en láminas finas y déjalos apartados.
Una vez esté todo preparado, no debes olvidarte de la guindilla, ya que las gambas al ajillo deben tener un toquecito picante. Si te gustan muy picantes, abre la guindilla por el centro. Su sabor así es mucho más intenso.
Pon a calentar en una sartén aceite de oliva y, cuando esté muy caliente, echa los ajos. Remueve hasta que se doren un poco y en ese momento aparta del fuego y añade el pimentón (así evitarás que se te queme). Remueve hasta mezclar totalmente, y vuelve a colocar en el fuego.
Añade las gambas sin parar de remover, echa la guindilla y, cuando se hagan un poco, añade el perejil. Las gambas no es necesario dejarlas mucho tiempo, ya que así quedarán más tiernas. Con diez minutos será suficiente.
¡Y esto es todo! Ya están listas para servir estas exquisitas gambas al ajillo con pimentón. Te recomendamos que las sirvas en cazuelas de barro, para que conserven todo el calor y las puedas tomar bien calentitas. Así que ya sabes, ¡no esperes a que se enfríen! ¡Muy buen provecho!