En primer lugar, asegúrate que los dátiles sean de buena calidad, porque así conseguiremos que este aperitivo no quede delimitado por el sabor del bacón y del queso. Deshuesa todos los dátiles haciendo una raja a lo largo sin llegar a partirlos.
Cuando tengas todos los dátiles listos, ralla el queso de cabra (puedes usar cualquier otro queso que te guste más), y luego lo trituras, intentando que quede como un polvillo. De este modo, te será más sencillo rellenar los dátiles. Tendrás que rellenar cada dátil haciendo un poco de presión con los dedos, pero con sumo cuidado de que no se rompa.
Después corta cada tira de bacón en dos y envuelve cada dátil con una. Si ves que no se queda en forma de rollito, usa un palillo para que ejercer presión y así se quede enrollado.
Otra opción es envolverlo con un cordel, más recomendado a la hora de cocinarlos para que no se te desmonten.
Calienta un chorrito aceite de oliva y sofríe por los cuatro costados de tres en tres los dátiles. Si el aceite se consume, agrega otro chorro. Como el bacón y el queso irán soltando jugo no deberías necesitar más aceite. Es mejor cocinarlo con poco aceite, porque así se consigue un mejor sabor.
En el caso de que prefieras prepararlos al horno, tendrás que programarlo a 185º C para que se hornee durante unos 7 minutos aproximadamente, habiendo pintado cada dátil de bacón y queso con un poco de aceite de oliva. No los tengas más de ese tiempo o se quemarán.
