Antes de comenzar a cocinar, debes tomar en cuenta que si el bacalao que compraste no está desalado, debes desalarlo tú. Para ello colócalo en un recipiente, cúbrelo con agua, tápalo y déjalo en remojo durante veinticuatro horas.
Debes cambiarle el agua al menos dos veces al día y mantenerlo refrigerado. Pasado este tiempo, enjuágalo, escúrrelo, quítale la piel y desmigájalo.
Para preparar las acelgas, lávalas bien, separa la hojas de las pencas y trocéalas.
Vierte dos vasos de agua en una olla, añade un poco de sal y llévala al fuego.
Cuando el agua rompa a hervir, incorpóralas y cuécelas durante ocho minutos. Una vez tiernas, ponlas a escurrir en un colador y presiónalas con un tenedor para que suelten el agua que absorbieron durante la cocción.
Pela cebolla y los ajos y luego pícalos lo más pequeño que puedas. Agrega dos cucharadas de aceite en una sartén e incorpora la cebolla para pocharla durante unos minutos.
Cuando comience a cambiar de color, añade los ajos, dales un par de vueltas e incorpora las acelgas cocidas para saltearlas durante un par de minutos.
Transcurrido el tiempo, incorpora el bacalao, agrega una pizca de pimienta, ajusta la sal de ser necesario, cocina durante cinco minutos y deja reposar para que se enfríe.
A continuación, bate los huevos en un bol, incorpora el bacalao con las acelgas y mezcla.
Para hacer la tortilla de acelgas y bacalao, añade un poco de aceite a la sartén y vierte la mezcla cuando se caliente. Voltéala al cuajar y espera a que se dore para apartarla del fuego. ¡Qué aproveche!