Para empezar, rompe la cáscara de los huevos y pon las yemas en un bol. Las claras no las tienes que utilizar así que puedes desecharlas. Bate el huevo y añade al bol el queso rallado.
Incorpora las espinacas, que tienen que estar cocidas y escurridas, junto con la sal, la pimienta, un poco de nuez moscada y el pimentón y muévelo todo.
Incorpora ahora el salvado de avena y la leche y vuelve a remover. La finalidad es que todos los ingredientes se liguen bien.
La masa que has obtenido como resultado tienes que estirarla y darle una forma fina y alargada y cortarla a taquitos. Con la ayuda de un tenedor dales una forma redondeada. Las bolas que acabas de hacer tienes que ponerlas en una fuente de cristal y dejarlas en el frigorífico durante, al menos, dos horas.
En cuanto haya transcurrido este tiempo, pon agua en una olla a hervir y, en cuanto alcance la temperatura adecuada, echa dentro los ñoquis. Solo tienen que cocer durante un minuto porque sino se romperán.
A continuación, cuela los ñoquis y deja que suelten toda el agua. Cuando estén secos puedes mezclarlos con la salsa que prefieres. Después, tu plato estará listo para devorar.
Si has seguido los pasos que te hemos indicado, te habrán quedado tan buenos que ya no podrás dejar de prepararlos una y otra vez. No dejes que se enfríen, y corre a saborear estos riquísimos ñoquis. ¡Esperamos que te gusten!
