Mientras calientas un cazo en el fuego, sin nada, para que vaya cogiendo temperatura a fuego medio, ve rayando la piel del limón. Recuerda que no debes rallar la parte blanca, porque es muy ácido y estropearía el sabor de tu turrón.
¿El cazo ya está caliente? En ese caso agrega la miel de romero (se pueden usar otras mieles en lugar de esta, como la mil flores) y el azúcar moreno. Remueve lentamente para que ambos ingredientes se vayan integrando en una mezcla homogénea, parecida a una masa.
En un cuenco agrega las claras de los huevos junto con los 20 gr. de azúcar blanco para llevarlas al punto de nieve. Tienes que remover energéticamente para conseguir que suba y se forme una mezcla consistente, lo mejor es hacerlo con las varillas eléctricas si tienes.
La miel y el azúcar ya deberían haber formado una mezcla parecida al caramelo. Añade la piel del limón y remueve un poco. Con la ayuda de la batidora, o una trituradora, pica las almendras, sin piel, y las añades al cazo. Mezcla todo bien, con el fuego todavía a media potencia, durante unos 5 minutos.
Apaga el fuego y vierte esta mezcla sobre la clara de huevo llevada al punto de nieve. Remueve para integrar la mezcla y conseguirás ahora una masa un poco más consistente. Esta masa tienes que verterla en un molde que hayas cubierto con papel de horno, para que luego te sea más fácil desmoldar tu turrón.
Déjalo reposar en un lugar donde no haga mucho calor, durante unas 5 horas. Otra opción es que lo viertas en un molde de silicona, recubras con papel film, y la metas durante 3 horas en la nevera, para que coja cuerpo.
Transcurridas las 5 horas tu turrón de almendras está listo para comer ¡Qué aproveche!
