Deja la mantequilla fuera de la nevera unos minutos para que se ablande un poco. Mientras, tamiza la harina en un cuenco profundo. Una vez que la mantequilla esté blanda, la añades a la harina y vas removiendo con ayuda de unas varillas eléctricas.
Sin dejar de batir, añade lentamente el agua hasta que se vaya formando una masa consistente que tengas que trabajar con las manos.
Enharínate las manos y amasa durante unos minutos hasta que consigas un poco de cuerpo. Haz una bola, recúbrela con papel film y guárdala en la nevera durante una hora.
Pasado ese tiempo, saca la masa, enharina una superficie plana y con la ayuda de un rodillo vuélvela a trabajar. A continuación colócala en un molde en el que hayas untado un poco de mantequilla.
Procura enrollar la masa por los bordes para que el relleno no se pueda salir después.
Calienta el horno durante 5 minutos, a 180º C. Ahora mete la masa en su interior durante un cuarto de hora. Si no quieres que quede demasiado dura, puedes sacarla a los 10 minutos.
Ve preparando el relleno mientras se hace la base de tu quiche. Para ello calienta las dos cucharadas de aceite en una sartén y sofríe los taquitos de bacon y las verduras.
Durante tres minutos sofríelas a fuego medio y después reduce el fuego a baja potencia para que no se te quemen. Ves removiendo.
Bate los huevos y agrégales la leche. A continuación vierte todas las verduras y el bacon y salpimienta.
Cuando la masa esté lista, sácala del horno y vierte la mezcla, repartiéndola bien con ayuda de una cuchara o de un tenedor. Por último recubre con el queso rallado y méte la quiche de verduras sin nata de nuevo al horno durante 10 minutos. ¡Qué aproveche!
