Lo primero que debes preparar es la base de la tarta: Coloca las galletas dentro de una bolsa de plástico limpia cortadas en cuatro trozos para triturarlas. Cierra la bolsa bien con un nudo pásales un rodillo o tritúralas con las manos. Reserva.
Pon a calentar la mantequilla en una olla pequeña hasta que se funda. Una vez que se derrita, viértela en un bol junto con las galletas trituradas, y mézclalo todo muy bien. Con esta mezcla tienes que cubrir el fondo del molde de la tarta, apretando bien y procurando que quede regular.
Coloca las hojas de gelatina en agua, para que se vayan hidratando. Mientras tanto echa el yogur en un bol, y añádele el azúcar. Mézclalo todo bien con ayuda de la batidora eléctrica o unas varillas manuales y reserva.
Calienta el agua en un cazo y a fuego lento. Incorpora la gelatina ya hidratada y bien escurrida. Apaga el fuego, aparta el cazo y remueve con fuerza, para que se disuelva por completo la gelatina.
Añade esta gelatina al bol que contiene la mezcla de yogur y azúcar, e incorpora también el queso. Bátelo todo de nuevo con la batidora eléctrica o las varillas, hasta obtener una mezcla líquida.
Echa la mitad de esta mezcla en el molde de la tarta y después incorpora nueces a tu gusto. Echa el resto de la mezcla, y cúbrela con más nueces.
Guarda la tarta de un día para otro, y ya al día siguiente, cúbrela con la mermelada de arándanos. ¡Ya está lista tu tarta de nueces sin horno! Así que ahora no esperes más, ¡corre a probarla cuanto antes!
Nuestro trucos:
Es mejor calentar la mantequilla en un cazo que en el microondas, ya que así puedes controlar mejor que se vaya derritiendo sin quemarse.
Puedes hacer esta tarta así, sin utilizar el horno en ningún momento. Pero si quieres que la base de galletas y mantequilla esté más dura, puedes hornearla 5 minutos a 180ºC, antes de comenzar a añadirle el relleno. Pero este paso no es imprescindible, por eso esta tarta de nueces se hace sin horno.
Si decides cubrir la tarta con mermelada de arándanos y está un poco espesa, puedes calentarla un poco a fuego lento, para que se ponga algo más líquida. También puedes batirla si tiene trozos grandes y no te gusta así.