Vas a empezar preparando el caldo para la sopa. Para ello, lava todas las verduras, pélalas y colócalas enteras en una olla grande.
Retira la piel del muslo si quieres evitar que el caldo te quede muy grasoso y agrégalo a la olla junto con el hueso de pollo. Vierte el agua, un poco de sal, media cucharadita de pimienta y cocina a fuego lento durante dos horas.
Pasado el tiempo, aparta del fuego y cuela. Desecha la cebolla, aparta una zanahoria y el resto de las verduras tritúralas con la batidora hasta formar un puré. La zanahoria que reservaste córtala a rodajas.
A continuación, agrega al caldo las verduras trituradas, el puré de tomate, el azúcar para equilibrar la acidez del tomate, salpimienta y cuece a fuego bajo durante veinte minutos.
Retira un poco de caldo con un cucharón antes que se caliente, agrégalo a un bol y disuelve en él la harina, la nata, una cucharadita de sal y reserva. No puede estar caliente, así evitarás que se formen grumos.
Mientras los sabores se integran al caldo, pon agua a hervir en una olla con sal y cuece los fideos en ella. Según el tipo de pasta que elijas necesitarás más tiempo o menos.
Cuando tu sopa esté lista, incorpora la harina disuelta con la nata y remueve hasta que espese un poco. Déjala hervir un par de minutos más y finalmente agrega las rodajas de zanahoria y los fideos cocidos que tienes que colar previamente. Sirve tu sopa de tomate polaca bien caliente y decórala con el perejil finamente picado previamente. ¡Buen provecho!