Si no has comprado los garbanzos de coción rápida o congelados, los tendrás que poner en remojo la noche anterior a la que vas a preparar el plato para que se pongan tiernos con una cucharada de sal.
Al día siguiente los escurres bien en un colador y echas a una olla grande, recubres con cuatro o cinco vasos de agua y dejas que hierva por unos 10 minutos.
Mientras, peas y picas toda la verdura en trozos tan pequeños como puedas. El tomate tritúralo aparte con un poco de agua para que se forme una salsa. Fríe por un lado la cebolla, las zanahorias, los pimientos y el ajo hasta que se doren, entonces agrega el tomate y remueve bien. Que se haga por cinco minutos.
Vierte este sofrito en el caldo de los garbanzos, junto con una cucharada de pimentón.
Deja que se cueza por diez minutos.
Pela, lava y trocea las patatas en el tamaño que tú prefieras. Ahora las agregas, salpimentado a tu gusto y dejas que se termine de hacer por un cuarto de hora o veinte minutos a fuego lento.