Antes de comenzar, debes picar los palitos de cangrejo bien pequeñitos, así como también los huevos cocidos. Ayúdate con un tenedor, así será mucho más fácil.
Una vez que hayas lavado y secado bien la lechuga, córtala en juliana. Pica las aceitunas en cuadritos también. Lava los tomates y rebánalos. Reserva.
Coloca todos estos ingredientes en un bol, a excepción de los tomates y añade cuatro cucharadas abundantes de mayonesa, la pimienta negra y remueve hasta que tengas una mezcla uniforme.
A continuación, vas a comenzar a armar el pastel, para ello cubre con un film transparente el molde que vayas a usar, de manera que sobresalga por ambos extremos. Si tienes un molde rectangular de aluminio que luego puedas desechar no necesitarás el film.
Luego forra el molde con el salmón, procurando que sobresalga por ambos extremos. Agrega un poco de mayonesa con una espátula para que sirva de pegamento y cubre con la primera capa de pan de molde.
Extiende una fina capa de queso crema y tapa con las rodajas de tomate. Coloca otra capa de pan de molde y encima añade el relleno. Trata de nivelarlo para que quede parejo.
Termina con otra capa de pan de molde y dobla los sobrantes del salmón que quedaron en los extremos. Coloca peso encima del molde para que el pastel se comprima y lleva al frigorífico durante 12 horas.
Pasado el tiempo, desmolda tu pastel de salmón frío sobre una bandeja y decora con unas rebanadas de aguacate y unas hojas de eneldo. ¡Qué aproveche!