Bate los huevos junto con el azúcar, la mantequilla, la esencia de vainilla y la piel rallada del limón, removiendo bien hasta lograr una crema muy suave.
Vierte entonces la harina, poco a poco, sin dejar de remover hasta que se forme una masa con un poquito de cuerpo. Cuando te cueste remover, mete esta masa en la nevera para que repose por una hora.
Mientras, vamos a preparar la ricota. Para ello vamos a exprimir la naranja y rallar su piel. Coloca la ricota en un bol, agrega el zumo y la piel de la naranja, 25 gr. de azúcar, 5 cucharadas de mantequilla y las tres yemas de huevo. Comienza a batir hasta que veas que todo se ha mezclado correctamente.
Saca la masa, amasa bien con el rodillo en una superficie totalmente lisa y corta una porción. Esta porción la trocearás en tiras alargadas pero no demasiado gruesas.
La otra porción la pones en la tartera o molde que vayas a utilizar, rellenas con la ricota que has preparado y tapas con las tiras que has cortado, uniéndolas a la masa.
Pon el horno en marcha a 180º C, mete la pasta frola y deja que se haga por 35 minutos.