Hay que calentar la nata y derretir chocolate blanco, lo primero. Para ello, en una cacerola con agua colocaremos un recipiente de cristal en el que habremos puesto 60 gr. de nata y 275 gr. de chocolate blanco. Cerrarlo bien para que no entre el agua y comenzar a calentar a fuego medio.
Cuando empiece a derretirse lo sacamos para removerlo hasta que esté bien fundido.
Ahora vamos a preparar un poco de merengue; para ello tenemos que montar las dos claras de huevo con las varillas de la batidora a poca potencia.
Seguidamente, hidrataremos una lámina de gelatina en agua caliente y la echaremos sobre las claras ya montadas.
En un recipiente aparte, ponemos otros 250 gr. de nata montada, y comenzamos a batirla con la batidora a velocidad lenta, hasta que se monte. Para que empiece a tomar más masa, podemos echarle azúcar blanco.
Una vez montada la nata, echamos las claras y comenzamos a removerlo todo lentamente con la batidora.
Ya con todo mezclado, es el momento de echar el chocolate poco a poco mientras movemos la batidora por el recipiente para que todo se remueva y quede bien mezcladito.
Finalizada la mezcla, solo queda repartir en recipientes, enfriar en la nevera por 4 – 5 horas y estará lista.