Pon a precalentar el horno a 180ºC y, mientras esperas a que alcance la temperatura adecuada, pon una olla con agua a hervir. Echa uno de los dos huevos y déjalo ahí quince minutos. La cebolla, por su parte, tienes que pelarla y picarla tan pequeña como puedas.
Vierte un poco de aceite de oliva en una sartén y sofríe la cebolla con una pizca de sal. En cuanto pasen tres minutos, añade las cuatro cucharadas de salsa de tomate casera y mézclalas bien con la cebolla. Apaga el fuego y reserva.
Echa el atún en aceite en un recipiente grande y escúrrelo. Añádele el sofrito que acabas de preparar y, si el huevo ya está duro, pícalo y ponlo también en este recipiente. Mézclalo todo y aplástalo con ayuda de un tenedor.
Ve extendiendo las obleas de empanadilla sobre la encimera o la mesa y córtalas en círculos. Pon una cucharada de relleno en el lateral de cada uno de ellos dejando libre un poco del borde. Cierra las empanadillas, doblándolas por la mitad, y séllalas presionando los bordes con ayuda de un tenedor. Si no cierran bien, moja un poco con agua la masa del borde.
Cuando hayas cerrado todas las empanadillas, ponlas en la bandeja del horno sobre una capa de papel de aluminio o papel vegetal. Bate el huevo y pinta las empanadillas por ambas caras con ayuda de una brocha hasta que queden bien brillantes.
Introduce la bandeja en el horno y déjala durante diez minutos para que se vayan haciendo las empanadillas. Transcurrido este tiempo, tan solo te queda apagar el horno, apartar y servir tus riquísimas empanadillas de atún. ¡No dejes que se enfríen! Verás que así de calentitas están absolutamente exquisitas.
Consejos y recomendaciones
No abras el paquete de obleas hasta justo el momento de prepararlas, ya que se secarían y se abrirían.