En un bol grande batimos los huevos con las varillas de cocina. A continuación les incorporamos el azúcar y continuamos batiendo, de forma enérgica. Añadimos la leche, que debe estar a temperatura ambiente y seguimos batiendo con energía para que los ingredientes tomen una textura de espuma.
Tamizaremos en la mezcla anterior la harina, el chocolate el polvo y la sal. Removemos suavemente para integrar los ingredientes.
Derretimos la mantequilla durante unos segundos y después la incorporamos a la mezcla anterior. Batimos bien para integrar todos los ingredientes. Es aconsejable hacerlo con varillas metálicas, sean manuales o eléctricas.
Pintamos con aceite de oliva una sartén mediana con un pincel de silicona. Retiramos el exceso de aceite que haya podido quedar con papel de cocina absorbente. Dejamos calentando la sartén hasta que veamos que el aceite pintado comienza a chispear.
Tomamos un poco de masa y la vamos echando desde el centro hacía fuera en forma de espiral. Levantamos la sartén y la volteamos levemente, para que la mezcla se reparta formando un circulo fino en el fondo de la sartén. Debemos hacer esto muy rápido, para que no se nos asiente.
Cuando veamos que los filos comienzan a dorarse despegamos un poco por los bordes, con ayuda de un cuchillo pequeño con punta. Con ayuda de una pala de madera, pero con cuidado de no rasgarlo, le damos la vuelta a la crepe para que se haga también por el otro lado.
Debemos tener preparados en todo momento dos trozos de papel de cocina y un plato, de forma que cuando saquemos un crepe, lo pongamos abierto encima de uno de los papeles. Cuando le vayamos a dar la vuelta al crepe que se esté haciendo, también se la daremos al que ya tenemos fuera, pasándolo al otro papel de cocina.
Una vez saquemos el de la sartén lo pondremos en la servilleta que nos quedó libre. El anterior ya estará frio, así que lo doblamos por la mitad y colocamos en el plato. De este modo las crepes irán rotando, para que vayan enfriando hasta llegar al plato. No debemos montar unos encima de otros cuando estén calientes, ya que de esta forma se nos pegarán
¡Y esto es todo! Tan solo nos queda comprobar lo riquísimos que nos han quedado estos crepes con chocolate y rellenarlos con mermelada, fruta, nata, miel o el acompañamiento que más nos guste. ¡Buen provecho!
