La noche antes de preparar el pavo, vierte una copa de brandy dentro de él y guárdalo en la nevera. Tendrás que empezar a prepararlo al día siguiente.
Comienza pelando y troceando las cebollas y las manzanas y vierte un poco de aceite en una sartén. En cuanto se caliente, tienes que saltear la cebolla con una pizca de sal y, en cuanto esté dorada, tendrás que añadir las manzanas, los albaricoques, las ciruelas y todos los frutos secos. Espera cinco minutos e incorpora la canela y la otra copa de brandy. Espera cinco minutos más.
Pon a precalentar el horno a 200ºC y así se va calentando. Mientras tanto, vamos a rellenar el pavo. Córtalo por la mitad y ábrelo como si fuera un libro. Rellénalo con el guiso que acabas de preparar y el jugo que haya quedado en la sartén. Después, une ambas partes del pavo con un hilo apto para horno.
Unta ahora el pavo con un poco de aceite de oliva, añádele sal y pimienta negra molida a tu gusto y colócalo en una fuente apta para hornear con el laurel, el tomillo y los ajos picados bien pequeños. Riégalo todo con el vino y pasa la bandeja al horno para que se haga durante una hora y media.
Abre el horno de vez en cuando y ve regando el pavo con el jugo que vaya quedando en la sartén. Cuece las cebolletas y las zanahorias aparte durante diez minutos y, en cuanto estén, escúrrelas bien.
Pica estas verduras y treinta minutos antes de que el pavo esté listo, abre el horno e incorpóralas en la fuente alrededor del pavo. Si quieres, puedes utilizar naranjas para este paso. En cuanto pase todo el tiempo, tendrás listo tu pavo relleno con frutos secos. ¡Está realmente exquisito!