Empezaremos preparado la salsa: para ello en una cacerola echamos la nata desnatada junto con la salsa de tomate. Removerla todo bien hasta que quede una mezcla rojiza.
Podéis añadir un poco de mantequilla y así quedará más cremosa.
Continuamos ahora con las crepes: en el vaso de la batidora vais a batir los huevos.
Aseguraos de que no quede ni un solo grumo. Echamos entonces un poco de sal y toda la leche y volvemos a batir. Ya lista esta mezcla, vamos añadiendo la harina poco a poco, sin dejar de batirlo todo. Dará como lugar a una crema que dejaremos reposar por diez minutos.
Ahora es el turno de hacer el relleno, que puede ser lo que vosotros queráis; pollo, ternera, maíz… freírlo hasta tenerlo listo. Aunque no es obligatorio rellenarlo con nada.
Le toca el turno de hacerse a las crepes: untamos una sartén con un poco de mantequilla, para que la masa no se quede pegada, y vertemos varias cucharadas de la crema que hemos hecho. Tras extenderla bien, dejar que se dore a fuego suave. La sacamos con una espátula y la colocamos en un planto.
Si habéis hecho relleno, rellenarla y doblarla al gusto. Colocarla en una bandeja.
Repetir el mismo proceso con todas las crepes. Ya listas, verter sobre todas la salsa que hemos preparado y a punto para servir.