Separe por un lado las claras de las yemas para ponerlo en un bol. Añadimos dos cucharadas azúcar a las yemas y las batimos hasta que se unifiquen en una crema de color blanco. A continuación le agregaremos el queso mascarpone y seguimos batiendo unos minutos más para integrar el queso.
Por otro lado batir las claras con dos cucharadas de azúcar hasta llevarlas al punto de nieve. Mezclar bien y agregar a la mezcla de las yemas con un poco de ron. Remover bien, sin desmontar el punto de nieve.
Preparar un café y ya estáis listo para empezar a montar el bizcocho: lo que haréis será remojar cada bizcocho en el café y colocarlos como base. Poner una capa de la mezcla que hayáis hecho, colocar otro bizcocho remojado en café y otra capa para poner una tercera capa de bizcocho, que ya podréis cubrirla con chocolate, nata o lo que más os guste.
Meter en la nevera por unas seis u ocho horas y tendréis listo el postre.