Primero tenemos que limpiar bien las sardinas. Para ello las ponemos debajo del grifo, las escamamos, le quitamos la cabeza, las tripas y la espina y dejamos los lomos únicamente.
En la cazuela donde vayamos a escabecharlas, añadimos el vaso de aceite, el vinagre y el agua y removemos bien. Después ponemos unas cuatro cucharadas de pimentón dulce y de nuevo removemos bien.
A continuación pondremos el laurel, los ajos, un poquito de sal, una pizca de orégano y unos granos de pimienta negra.
Después enharinamos los lomos de sardina y los freímos en una sartén con un buen chorro de aceite de oliva.
Cuando estén listos los pasamos a la cazuela donde tenemos el escabeche y las colocamos de manera que queden cubiertas.
Ponemos la cazuela al fuego y dejamos que hierva durante unos minutos. A continuación dejaremos que se enfríe y lo pondremos en el frigorífico después que repose unos dos días aproximadamente.
Lo ideal es que se sirvan a temperatura ambiente en forma de tapa o montadito. ¡Qué aproveche!