En un cuenco mezcla la harina de maíz tamizada, con la levadura sin gluten y la sal. Mézclalo bien para que todos los ingredientes queden bien mezclados. Algunos recomiendan que es mejor disolver la levadura en un poco de agua templada, pero eso ya depende de la persona.
Calienta el agua, con los 40 ml. de aceite de oliva, hasta que esté bien templado. Entonces haz un agujero en el centro de la mezcla y ve vertiendo poco a poco la mezcla de los líquidos, sin dejar de remover en ningún momento con unas varillas eléctricas. Esto dará lugar a una masa que sea bastante consistente.
Amásala un poco con las manos y dale forma de bola. Cubre con un paño y déjala reposar por un par de horas, para que gane más cuerpo.
Pasado el tiempo, vuelve a amasarla bien. Dale la forma de pan que más te guste: de barra, redondo, con forma de estrella… y hazle unas incisiones en la parte superior, con la intención de que no solo el pan se haga mejor por dentro, sino que así no se rompa tan fácilmente.
Cubre el pan con un paño húmedo y déjalo reposar por otra hora. Cuando quede poco para que haya transcurrido la hora, enciende el horno a 200º C, arriba y abajo para que se vaya preparando.
Pon el pan dentro del horno por tres cuartos de hora para que se hornee bien.
Antes de sacarlo, darle unos golpecitos sobre la superficie. Si oyes a hueco, eso querrá decir que el pan está bien hecho.