Para preparar este delicioso croissant con almendras comenzarás por precalentar el horno a 200ºC y a preparar la masa; para ello debes tamizar la harina en un cuenco y disolver la levadura en leche fría.
Echa los 25gr. de mantequilla cuando la levadura se haya disuelto completamente.
En otro cuenco, bate un huevo junto con el azúcar para después vertir la mezcla poco a poco sobre la leche sin dejar de remover, puedes ayudarte de unas varillas eléctricas. Verás que se formará una masa homogénea bastante espesa.
Por otra parte, machaca bien las almendras junto con un poco de azúcar glass. Puedes hacerla polvillo o dejarla en migas, como más te guste, reserva una pequeña cantidad para decorar y el resto añádelas a la masa mezclándolas enérgicamente junto con los 200gr de mantequilla restantes.
Haz una bola con la masa, recúbrela con papel film y déjala reposar en la nevera durante dos horas.
Una vez transcurrido el tiempo, enharina una superficie plana porque es momento de trabajar la masa; con ayuda de tus manos o de un rodillo ves aplanando la masa hasta conseguir una capa más fina, aprovecha este paso para hacerlo con los niños ¡es muy fácil!
Con la capa afinada de masa, corta triángulos alargados con ayuda de un cuchillo o de un cortador de pizza, procura que todos los triángulos tengan una forma y medida similares.
A continuación, enrolla los triángulos desde la base ancha hasta la punta para conseguir la característica forma de un croissant. Sella los picos y dóblalos un poco.
Ahora, bate el huevo con el que vas a pintar los croissant con ayuda de un pincel de silicona. Esto hará que brillen más y tengan mejor color después de hornearlos. Esta tarea puedes dejarla para los pequeños chefs.
Esparce la almendra que has reservado antes por encima de todos los croissant y colócalos en una bandeja para hornos recubierta con papel vegetal. Hornea durante 15 minutos y verás como crecen, ¡tus pequeños alucinarán! Una vez horneados, déjalos enfríar un poco y... ¡a disfrutar en familia!