Tamiza la harina en un cuenco grande y le haces un volcán en el centro con ayuda de una cuchara. En este volcán viertes el azúcar y la sal. Cierra el agujero y remueve un poco con una cuchara para que se reparta.
Bate los huevos enteros en un bol (clara y yema) y le añades un chorrito de aceite de oliva. Vuelve a batir para que el aceite y el huevo se unifiquen en una nueva mezcla.
A continuación, añade la leche y vuelve a batir hasta conseguir una salsa homogénea.
Ahora con cuidado, vas a ir vertiendo la harina mientras con una batidora de brazo, o unas varillas eléctricas, haces la mezcla para formar una especie de crema. Bate esta crema durante unos 8 minutos aproximadamente para que todos los ingredientes estén correctamente integrados.
Calienta dos cucharadas de aceite de oliva en una sartén y cuando esté caliente echa lo equivalente a una cucharada sopera de la masa que has preparado. Espera un par de minutos a que se haga por abajo y dale la vuelta. Otro par de minutos y ya puedes retirarla. Repite el proceso hasta que hayas hecho todas las crepes sin gluten y ¡a disfrutar!