Pelamos la cebolla y la picamos, así como los dos dientes de ajo. Los echamos en el recipiente, con tres cucharadas de aceite y un poco de sal.
Tapamos el recipiente, con una tapa apta para microondas, y lo ponemos a calentar durante 3 minutos a máxima potencia.
Cuando saquemos el recipiente, cuidado al abrirlo. Pelamos, limpiamos y troceamos en rodajas el calabacín, no muy gruesas. Lo echamos todo en el recipiente y lo cerramos de nuevo. Lo volvemos a meter a máxima potencia pero esta vez durante 7 – 9 minutos.
Mientras el microondas caliente todo, vamos calentando caldo de pollo en una cacerola.
Una vez ambas cosas estén listas, en el cuenco echamos la pimienta negra (de no tener se puede usar también blanca), una pizca de sal y el caldo de pollo mientras esté caliente. De nuevo todo al microondas a máxima potencia durante unos 5 minutos más o menos.
Al terminar con el microondas lo dejaremos enfriar un poquito a temperatura ambiente. Pasar entonces al vaso de la batidora y comenzar a batirlo a velocidad suave hasta conseguir la crema de calabacín.
Una vez la sirvamos, muy recomendable que sea en caliente, podemos echarle un poco de queso rallado por encima para darle más sabor.