La preparación de este plato empieza la noche anterior cuando deberás poner los garbanzos en remojo. Para ello, ponlos en un bol y cúbrelos con agua hasta taparlos por completo. Al día siguiente aclara y escurre las legumbres y reserva.
Limpia la carne para eliminar cualquier exceso de grasa que pueda tener y, si no está troceada, córtala en cuadros medianos. Incorpora la carne, los garbanzos y la hoja de laurel a una olla grande y añade suficiente agua como para cubrir todos los ingredientes.
Deja cocer la preparación a fuego alto y, cuando el agua empiece a hervir, baja el fuego a temperatura media y tapa la olla. En total, esta preparación tiene que estar al fuego dos horas para que las legumbres y la carne estén listas y poco a poco iremos añadiendo el resto de ingredientes. No olvides además eliminar la espuma que se formará en la superficie del caldo.
Mientras transcurre el tiempo, pica la cebolla en juliana, los pimientos en finas tiras y el puerro a cuadritos muy pequeños. Cuando lo tengas todo listo, incorpóralo a la olla junto con sal al gusto.
Pica los dientes de ajo y sofríelos en una sartén. Cuando estén bien dorados, añade los tomates troceados. Deja cocer hasta que los tomates estén bien blandos y luego procesa la preparación en la licuadora y agrégala a la olla.
Cuando hayan pasado las dos horas, y después de comprobar que tanto la carne como los garbanzos están hechos, apaga el fuego y deja reposar la preparación durante diez minutos. Pasado el tiempo, podrás disfrutar de un rico caldo de carne con garbanzos. ¡Buen provecho!
