Enjuaga las alcachofas y córtales el tallo. Desecha las hojas duras de la parte exterior y sácales los corazones. Exprime los limones y pon su zumo en un bol con agua y con los corazones de las alcachofas, así evitarás que se oxiden.
Cuando tengas los corazones, córtalos en trozos pequeños y resérvalos. Vamos a preparar el rebozado.
Para empezar a preparar la base del rebozado, mezcla en un recipiente la harina, la levadura, la sal y la pimienta al gusto. Luego, añade poco a poco el agua hasta tener una masa líquida y bien espesa.
Cuando tengas la masa, incorpora los trozos de alcachofas para que se mezclen bien con la preparación de harina.
Echa ahora un poco de aceite de oliva en una sartén y espera a que esté bien caliente. Incorpora luego los trozos enharinados de alcachofa pero ve con cuidado, no queremos que te quemes.
Fríe las alcachofas hasta que notes que están doradas, solo tardarán cuatro minutos. A continuación, déjalas reposar un minuto en un plato con papel absorbente y, pasado este tiempo, podrás degustar tus alcachofas rebozadas sin huevo. ¡Buen provecho!